Por Gerardo Barboza
Educador
Para poder sustentar las razones por las cuales los mismos de los últimos treinta años no deben continuar a cargo de Costa Rica, no bastaría con un bosque amazónico para producir el papel donde se imprimirían dichas razones –sería además una pérdida lamentable del bosque y su consecuente desperdicio de papel. Tampoco podrían alcanzar gigabytes de memoria para puntualizarlas en formato digital –otro desperdicio de memoria.
En sus “análisis” hasta refieren de manera sesgada y seleccionando estadísticas a conveniencia sobre acontecimientos durante la administración del caballero Rodrigo Carazo Odio (Q.E.D.P.). Los “seguidores” de esos “analistas” sacan a relucir, por ejemplo, “las filas en los estancos” en aquella época, pero no hablan, entre muchos otros ejemplos, sobre las filas de espera en los “servicios” que ofrece la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que trascienden los gobiernos por los mismos incapaces y hasta hoy día. La CCSS ha sido una de las entidades que precisamente ha estado a cargo de los mismos partidos políticos.
Posiblemente los miopes que no ven las filas de asegurados en la CCSS, o las de vehículos en la red vial que han permitido deteriorarse para luego concesionar su leonina reparación, gozan de seguro privado y viajan por helicóptero. Posiblemente los “expertos” digan que es un problema de “percepción” de pocos… misma “percepción” que igualmente desean controlar: “Tenemos que obligarlos a ver las cosas como queremos que las vean…”.
Sólo un poco más burdo que esos “análisis”, los reaccionarios recurren al plagio para tratar de ensuciar el vídeo “Nuestro nombre es Costa Rica” con otra “producción”; el plagio típico de muchos de los que se encuentran en esos grupos políticos. Basta con ver lo que hacen en el Ministerio de Educación Pública (MEP), especialmente desde el 2006, para que discutamos de planes torpes sobre la base de investigación que llaman “científica” pero inexistente o, cuando existe, de “científico” no tiene más que el nombre, ensamblada y ordenada por otros. Si muchos de los incompetentes dentro del MEP y el gobierno lo hacen… ¿no lo van a hacer los que están fuera…?
“Consolidando el desastre neoliberal”.
A finales de mayo de 2013, como si se tratara del lanzamiento de un producto en varios países de una empresa transnacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) anunció al gobierno el inicio de las negociaciones para que Costa Rica sea miembro de esa organización a partir de 2015...apenas un año después de las elecciones. El gobierno entusiasta presenta el anuncio al país como un “logro” dentro de la cadena de reiterados desaciertos cuatrienal. Una vez más, la “creatividad” lingüística de agnotólogos neoliberales pretende hacer pensar que la membresía a esa organización permitirá el “desarrollo” del país…el mismo “desarrollo” prometido según los tratados de libre comercio establecidos durante la Administración Arias Sánchez del mismo Partido Liberación Nacional de la Administración Chinchilla Miranda. Un “desarrollo” geotrópico para el pueblo como el de las raíces cada vez más enterradas, pero fototrópico para unos cuantos que ven la luz del sol…los mismos de los partidos de siempre de los que habla “Nuestro nombre es Costa Rica”.
La anunciación de mayo llegó al mismo tiempo a Colombia.
Un documento ejemplar que sí constituye un análisis fundado, y que nos explica hacia dónde podría conducirnos el actual entusiasta y desacertado gobierno del Partido Liberación Nacional (PLN) que busca dejar “la mesa servida” a cualquier sucesor de igual perfil, es “El ingreso de Colombia a la OCDE: consolidando el desastre neoliberal”. Podrá observar que se ha sustituido –con el ofrecimiento de las disculpas a su autor- el nombre de aquel país por el de Costa Rica en el título del presente artículo.
El distinguido economista Mario Alejandro Valencia, Subdirector de Cedetrabajo y profesor de Economía de la Universidad Central, es el autor de “El ingreso de Colombia a la OCDE: consolidando el desastre neoliberal”, publicado en Deslinde, edición 53 del 13 de septiembre de 2013; artículo recomendado para su lectura completa.
A continuación algunos extractos del documento. Esperemos que los emplazados contesten. Pero no con plagios como el realizado al video “Nuestro nombre es Costa Rica”, con dizque “análisis” parcializados y, mucho menos, de manera cobarde con anónimos injuriosos y difamatorios. Se desestima en todos sus extremos el vacuo y representativo chauvinista y etnocéntrico clisé de algunos “si no le gusta, váyase para Venezuela, Cuba o Nicaragua”, países como todos y cada uno de los del planeta que merecen respeto. Cualquier similitud con el discurso actual del gobierno en Costa Rica y los infundados de las “originales” propuestas que hacen los partidos políticos del mismo corte para ganar las próximas elecciones, no es coincidencia, aunque algunos de manera absurda digan que las “circunstancias en cada país son distintas” cuando les conviene…tan “distintas” que debemos someternos al mismo “mal de muchos, consuelo de tontos” globalizado.
“A finales de mayo de 2013, el gobierno de Juan Manuel Santos anunció con bombos y platillos la invitación que realizó a Colombia la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, para ingresar a su afamado club. A pesar de que el Presidente lo presenta como un “reconocimiento a los logros del Gobierno y el país”, lo cierto es que significará la profundización del modelo neoliberal, principal causante del atraso de la nación”.
“La OCDE hace parte de la familia de instituciones creadas por Estados Unidos y Europa tras la Segunda Guerra Mundial, como el Fondo Monetario Internacional, FMI, que tienen el propósito de defender los mercados libres, la movilidad irrestricta de capitales la renuncia del Estado a intervenir en la economía y a proveer de bienestar a su población”.
“En efecto, los 34 países miembros de la OCDE comparten la característica común de su absoluta convicción y categórica aplicación de estos postulados, aun a pesar de la profunda crisis económica que azota a buena parte del planeta, incluyendo a los mismos países de la OCDE”.
“Incluso la propuesta del gobierno de Reforma a la Educación Superior, ha pasado por los tanques de pensamiento de la OCDE, desde donde han salido propuestas en el sentido de tener una educación superior al servicio de los intereses del capital y no de las necesidades en calidad, en innovación en ciencia y tecnología, en materia humanística y en general pensando en el desarrollo del país y en garantizar de parte del Estado un acceso con gratuidad y excelencia académica…”.
“Santos dice que ingresar a la OCDE es “incrementar aún más la confianza de los inversionistas en nuestro país”. Esa confianza inversionista es la misma que ha dejado a Colombia con una balanza de pagos negativa en 52.000 millones de dólares entre 2001 y 2012 y que tiene al país endeudado en más de 81.000 millones de dólares. Cifras exorbitantes que en la cruda realidad prueban que Colombia es un perdedor neto en sus relaciones económicas internacionales”.
“Las imposiciones de la OCDE implican para Colombia renunciar a la posibilidad de implementar un modelo económico que proteja el aparato productivo nacional, a su mercado interno y al trabajo local; además de buscar la consolidación de un mercado regional de bienes complementarios de alto valor agregado, que no nos lleven a una competencia salvaje con nuestros vecinos, como lo promueven los tratados de libre comercio, la principal talanquera de la integración latinoamericana”.
“¿La OCDE es solo un “club de buenas prácticas”, como dice Santos?”
“Santos intenta hacerle creer al pueblo colombiano que Colombia es un país en vías de desarrollo, aunque su aparato productivo esté en vías de extinción. La idea de que la OCDE se ha fijado en nuestro país porque estamos haciendo las cosas bien en términos de políticas públicas, es una afrenta a los sectores agrícolas y manufactureros que están sucumbiendo ante las importaciones desde las naciones que el mismo Santos considera como los mejores aliados. Ingresar a la OCDE significa profundizar el tipo de relaciones económicas que lleva a la quiebra a miles de productores nacionales. El júbilo de algunos con la noticia de aceptación de Colombia en esta organización, demuestra el éxito del engaño de quienes ven como un gran triunfo la importación de comida y vehículos baratos, traídos a costo de reemplazar la producción y con esta los empleos que se necesitan para comprar esas mismas mercancías”.
“Aunque la OCDE no tiene capacidad de imponer condiciones crediticias y financieras a sus miembros, como lo hace el FMI o el Banco Mundial, sí tiene una gran incidencia en las decisiones económicas de sus miembros. La OCDE tiene el poder de adoptar decisiones y recomendaciones que significan para sus miembros la adopción de normas, estándares y directrices de políticas. Las decisiones de la OCDE tienen las mismas obligaciones de Tratados Internacionales. Las recomendaciones no tienen carácter legal, sin embargo, el hecho de ingresar a la OCDE se entiende como una obligación tácita por aceptarlas”.
“Este marco de normas y políticas van en la dirección de hacer de la OCDE una especie de supra- Estado del libre comercio, al cual deben sujetarse los países que acepten hacer parte de su institucionalidad. En la práctica, los países van adecuando su legislación al conjunto de directrices y códigos dictados por la OCDE, los cuales se disfrazan como códigos de “buenas prácticas”.
“Colombia: un país empobrecido en un club de naciones ricas”.
“Son justamente este tipo de recomendaciones, que hacen parte de los principios fundamentales de la OCDE y compartidas ideológicamente por Santos, las causas principales de la situación económica y social que deteriora la vida de la mayoría de la población. A pesar de que una reciente encuesta de Gallup ubica a Colombia como el país más feliz del planeta, un estudio elaborado por la firma financiera estadounidense Bloomberg en 2013, lo posiciona como el país más estresante de la región y el sexto en el mundo entre 74 naciones. Según el análisis de Bloomberg, esta realidad está relacionada con la alta tasa de desempleo del país, la más alta de América Latina, y los altos índices de desigualdad”.
“Ante el fracaso del neoliberalismo, más neoliberalismo”.
“Tras la promesa de un país mejor gracias al libre comercio, y de la creencia de que la desprotección local sería compensada con la conquista de nuevos mercados foráneos, la balanza comercial de la industria nacional, acumula un resultado negativo por 81.761 millones de dólares en la última década”.
“Se suponía que la apertura diversificaría las exportaciones y los mercados; dos décadas después, el 81% de lo que exporta Colombia son productos primarios y el 60% va solo a tres lugares: Estados Unidos, Europa y China, mientras el 84% de sus importaciones son bienes industriales”.
“Semejante desbalance, profundizado por Santos con la implementación a diestra y siniestra de tratados de libre comercio, es explicado mejor por el ex candidato a director del Banco Mundial, José Antonio Ocampo: “(…) Tenemos una verdadera indigestión de TLC (…) Creo que es un error histórico lo que estamos cometiendo, vamos a terminar de destruir el aparato productivo” sentencia el economista”.
“Conclusión
Las medidas sugeridas por la OCDE son las causantes de una crisis sin precedentes, que tiene hoy a más de 1.300 millones de seres humanos viviendo en la miseria y a más de 1.200 millones aguantando hambre. Son estas medidas las que han llevado a España a tener una tasa de desempleo del 27% y de 56.5% entre los jóvenes, con más de 6 millones de sus habitantes en paro.
Este es el ejemplo que Santos quiere seguir, aunque para ello deba recurrir a la argucia de plantear que haremos parte del club de países que hacen bien las cosas en materia económica.
Si el modelo que predican es tan exitoso, ¿por qué hay tanto inconformismo en las calles, tanta gente haciendo malabarismo en los semáforos, por qué protestan los cafeteros, los cacaoteros, los lecheros, los paneleros, los textileros, los autopartistas, los zapateros, los estudiantes, los pequeños mineros, los usuarios de la salud? Si como dicen, el modelo funciona tan bien, ¿cómo es que a su pueblo le va tan mal?”
Parafraseando a Valencia, ¿esto es el ejemplo que quiere seguir el actual gobierno y el que continuarán si los del mismo partido o los de perfil parecido llegan de nuevo a “administrar” a Costa Rica?
Educador
I parte
Para poder sustentar las razones por las cuales los mismos de los últimos treinta años no deben continuar a cargo de Costa Rica, no bastaría con un bosque amazónico para producir el papel donde se imprimirían dichas razones –sería además una pérdida lamentable del bosque y su consecuente desperdicio de papel. Tampoco podrían alcanzar gigabytes de memoria para puntualizarlas en formato digital –otro desperdicio de memoria.
No
obstante, cuando una más que excelente producción
audiovisual como “Nuestro
nombre es Costa Rica”, de apenas dos minutos con veintinueve
segundos sintetiza
de manera inteligente el desastre en que nos han colocado los de esos
partidos,
los reaccionarios de los “think tanks” y quienes los
aúpan, recurren a
“análisis” para desacreditar la capacidad
intelectual de jóvenes que piensan en
su presente y su futuro, con carácter humanista, alejados del
capitalismo rapaz.
En sus “análisis” hasta refieren de manera sesgada y seleccionando estadísticas a conveniencia sobre acontecimientos durante la administración del caballero Rodrigo Carazo Odio (Q.E.D.P.). Los “seguidores” de esos “analistas” sacan a relucir, por ejemplo, “las filas en los estancos” en aquella época, pero no hablan, entre muchos otros ejemplos, sobre las filas de espera en los “servicios” que ofrece la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que trascienden los gobiernos por los mismos incapaces y hasta hoy día. La CCSS ha sido una de las entidades que precisamente ha estado a cargo de los mismos partidos políticos.
Posiblemente los miopes que no ven las filas de asegurados en la CCSS, o las de vehículos en la red vial que han permitido deteriorarse para luego concesionar su leonina reparación, gozan de seguro privado y viajan por helicóptero. Posiblemente los “expertos” digan que es un problema de “percepción” de pocos… misma “percepción” que igualmente desean controlar: “Tenemos que obligarlos a ver las cosas como queremos que las vean…”.
Sólo un poco más burdo que esos “análisis”, los reaccionarios recurren al plagio para tratar de ensuciar el vídeo “Nuestro nombre es Costa Rica” con otra “producción”; el plagio típico de muchos de los que se encuentran en esos grupos políticos. Basta con ver lo que hacen en el Ministerio de Educación Pública (MEP), especialmente desde el 2006, para que discutamos de planes torpes sobre la base de investigación que llaman “científica” pero inexistente o, cuando existe, de “científico” no tiene más que el nombre, ensamblada y ordenada por otros. Si muchos de los incompetentes dentro del MEP y el gobierno lo hacen… ¿no lo van a hacer los que están fuera…?
“Consolidando el desastre neoliberal”.
A finales de mayo de 2013, como si se tratara del lanzamiento de un producto en varios países de una empresa transnacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) anunció al gobierno el inicio de las negociaciones para que Costa Rica sea miembro de esa organización a partir de 2015...apenas un año después de las elecciones. El gobierno entusiasta presenta el anuncio al país como un “logro” dentro de la cadena de reiterados desaciertos cuatrienal. Una vez más, la “creatividad” lingüística de agnotólogos neoliberales pretende hacer pensar que la membresía a esa organización permitirá el “desarrollo” del país…el mismo “desarrollo” prometido según los tratados de libre comercio establecidos durante la Administración Arias Sánchez del mismo Partido Liberación Nacional de la Administración Chinchilla Miranda. Un “desarrollo” geotrópico para el pueblo como el de las raíces cada vez más enterradas, pero fototrópico para unos cuantos que ven la luz del sol…los mismos de los partidos de siempre de los que habla “Nuestro nombre es Costa Rica”.
La anunciación de mayo llegó al mismo tiempo a Colombia.
Un documento ejemplar que sí constituye un análisis fundado, y que nos explica hacia dónde podría conducirnos el actual entusiasta y desacertado gobierno del Partido Liberación Nacional (PLN) que busca dejar “la mesa servida” a cualquier sucesor de igual perfil, es “El ingreso de Colombia a la OCDE: consolidando el desastre neoliberal”. Podrá observar que se ha sustituido –con el ofrecimiento de las disculpas a su autor- el nombre de aquel país por el de Costa Rica en el título del presente artículo.
El distinguido economista Mario Alejandro Valencia, Subdirector de Cedetrabajo y profesor de Economía de la Universidad Central, es el autor de “El ingreso de Colombia a la OCDE: consolidando el desastre neoliberal”, publicado en Deslinde, edición 53 del 13 de septiembre de 2013; artículo recomendado para su lectura completa.
A continuación algunos extractos del documento. Esperemos que los emplazados contesten. Pero no con plagios como el realizado al video “Nuestro nombre es Costa Rica”, con dizque “análisis” parcializados y, mucho menos, de manera cobarde con anónimos injuriosos y difamatorios. Se desestima en todos sus extremos el vacuo y representativo chauvinista y etnocéntrico clisé de algunos “si no le gusta, váyase para Venezuela, Cuba o Nicaragua”, países como todos y cada uno de los del planeta que merecen respeto. Cualquier similitud con el discurso actual del gobierno en Costa Rica y los infundados de las “originales” propuestas que hacen los partidos políticos del mismo corte para ganar las próximas elecciones, no es coincidencia, aunque algunos de manera absurda digan que las “circunstancias en cada país son distintas” cuando les conviene…tan “distintas” que debemos someternos al mismo “mal de muchos, consuelo de tontos” globalizado.
“A finales de mayo de 2013, el gobierno de Juan Manuel Santos anunció con bombos y platillos la invitación que realizó a Colombia la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, para ingresar a su afamado club. A pesar de que el Presidente lo presenta como un “reconocimiento a los logros del Gobierno y el país”, lo cierto es que significará la profundización del modelo neoliberal, principal causante del atraso de la nación”.
“La OCDE hace parte de la familia de instituciones creadas por Estados Unidos y Europa tras la Segunda Guerra Mundial, como el Fondo Monetario Internacional, FMI, que tienen el propósito de defender los mercados libres, la movilidad irrestricta de capitales la renuncia del Estado a intervenir en la economía y a proveer de bienestar a su población”.
“En efecto, los 34 países miembros de la OCDE comparten la característica común de su absoluta convicción y categórica aplicación de estos postulados, aun a pesar de la profunda crisis económica que azota a buena parte del planeta, incluyendo a los mismos países de la OCDE”.
“Incluso la propuesta del gobierno de Reforma a la Educación Superior, ha pasado por los tanques de pensamiento de la OCDE, desde donde han salido propuestas en el sentido de tener una educación superior al servicio de los intereses del capital y no de las necesidades en calidad, en innovación en ciencia y tecnología, en materia humanística y en general pensando en el desarrollo del país y en garantizar de parte del Estado un acceso con gratuidad y excelencia académica…”.
“Santos dice que ingresar a la OCDE es “incrementar aún más la confianza de los inversionistas en nuestro país”. Esa confianza inversionista es la misma que ha dejado a Colombia con una balanza de pagos negativa en 52.000 millones de dólares entre 2001 y 2012 y que tiene al país endeudado en más de 81.000 millones de dólares. Cifras exorbitantes que en la cruda realidad prueban que Colombia es un perdedor neto en sus relaciones económicas internacionales”.
“Las imposiciones de la OCDE implican para Colombia renunciar a la posibilidad de implementar un modelo económico que proteja el aparato productivo nacional, a su mercado interno y al trabajo local; además de buscar la consolidación de un mercado regional de bienes complementarios de alto valor agregado, que no nos lleven a una competencia salvaje con nuestros vecinos, como lo promueven los tratados de libre comercio, la principal talanquera de la integración latinoamericana”.
“¿La OCDE es solo un “club de buenas prácticas”, como dice Santos?”
“Santos intenta hacerle creer al pueblo colombiano que Colombia es un país en vías de desarrollo, aunque su aparato productivo esté en vías de extinción. La idea de que la OCDE se ha fijado en nuestro país porque estamos haciendo las cosas bien en términos de políticas públicas, es una afrenta a los sectores agrícolas y manufactureros que están sucumbiendo ante las importaciones desde las naciones que el mismo Santos considera como los mejores aliados. Ingresar a la OCDE significa profundizar el tipo de relaciones económicas que lleva a la quiebra a miles de productores nacionales. El júbilo de algunos con la noticia de aceptación de Colombia en esta organización, demuestra el éxito del engaño de quienes ven como un gran triunfo la importación de comida y vehículos baratos, traídos a costo de reemplazar la producción y con esta los empleos que se necesitan para comprar esas mismas mercancías”.
“Aunque la OCDE no tiene capacidad de imponer condiciones crediticias y financieras a sus miembros, como lo hace el FMI o el Banco Mundial, sí tiene una gran incidencia en las decisiones económicas de sus miembros. La OCDE tiene el poder de adoptar decisiones y recomendaciones que significan para sus miembros la adopción de normas, estándares y directrices de políticas. Las decisiones de la OCDE tienen las mismas obligaciones de Tratados Internacionales. Las recomendaciones no tienen carácter legal, sin embargo, el hecho de ingresar a la OCDE se entiende como una obligación tácita por aceptarlas”.
“Este marco de normas y políticas van en la dirección de hacer de la OCDE una especie de supra- Estado del libre comercio, al cual deben sujetarse los países que acepten hacer parte de su institucionalidad. En la práctica, los países van adecuando su legislación al conjunto de directrices y códigos dictados por la OCDE, los cuales se disfrazan como códigos de “buenas prácticas”.
“Colombia: un país empobrecido en un club de naciones ricas”.
“Son justamente este tipo de recomendaciones, que hacen parte de los principios fundamentales de la OCDE y compartidas ideológicamente por Santos, las causas principales de la situación económica y social que deteriora la vida de la mayoría de la población. A pesar de que una reciente encuesta de Gallup ubica a Colombia como el país más feliz del planeta, un estudio elaborado por la firma financiera estadounidense Bloomberg en 2013, lo posiciona como el país más estresante de la región y el sexto en el mundo entre 74 naciones. Según el análisis de Bloomberg, esta realidad está relacionada con la alta tasa de desempleo del país, la más alta de América Latina, y los altos índices de desigualdad”.
“Ante el fracaso del neoliberalismo, más neoliberalismo”.
“Tras la promesa de un país mejor gracias al libre comercio, y de la creencia de que la desprotección local sería compensada con la conquista de nuevos mercados foráneos, la balanza comercial de la industria nacional, acumula un resultado negativo por 81.761 millones de dólares en la última década”.
“Se suponía que la apertura diversificaría las exportaciones y los mercados; dos décadas después, el 81% de lo que exporta Colombia son productos primarios y el 60% va solo a tres lugares: Estados Unidos, Europa y China, mientras el 84% de sus importaciones son bienes industriales”.
“Semejante desbalance, profundizado por Santos con la implementación a diestra y siniestra de tratados de libre comercio, es explicado mejor por el ex candidato a director del Banco Mundial, José Antonio Ocampo: “(…) Tenemos una verdadera indigestión de TLC (…) Creo que es un error histórico lo que estamos cometiendo, vamos a terminar de destruir el aparato productivo” sentencia el economista”.
“Conclusión
Las medidas sugeridas por la OCDE son las causantes de una crisis sin precedentes, que tiene hoy a más de 1.300 millones de seres humanos viviendo en la miseria y a más de 1.200 millones aguantando hambre. Son estas medidas las que han llevado a España a tener una tasa de desempleo del 27% y de 56.5% entre los jóvenes, con más de 6 millones de sus habitantes en paro.
Este es el ejemplo que Santos quiere seguir, aunque para ello deba recurrir a la argucia de plantear que haremos parte del club de países que hacen bien las cosas en materia económica.
Si el modelo que predican es tan exitoso, ¿por qué hay tanto inconformismo en las calles, tanta gente haciendo malabarismo en los semáforos, por qué protestan los cafeteros, los cacaoteros, los lecheros, los paneleros, los textileros, los autopartistas, los zapateros, los estudiantes, los pequeños mineros, los usuarios de la salud? Si como dicen, el modelo funciona tan bien, ¿cómo es que a su pueblo le va tan mal?”
Parafraseando a Valencia, ¿esto es el ejemplo que quiere seguir el actual gobierno y el que continuarán si los del mismo partido o los de perfil parecido llegan de nuevo a “administrar” a Costa Rica?
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