Por Gerardo Barboza
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II Parte
En el artículo anterior, “El ingreso de Costa Rica
a la OCDE: Consolidando el desastre neoliberal”, (“El ingreso de Costa Rica a la OCDE: Consolidando el desastre neoliberal”, I parte) se hizo referencia al
análisis fundado del economista Mario Alejandro Valencia, Subdirector de
Cedetrabajo y profesor de Economía de la Universidad Central, autor de “El
ingreso de Colombia a la OCDE: consolidando el desastre neoliberal”,
publicado en Deslinde, edición 53 del 13 de septiembre de 2013.
Diversas reacciones a lo manifestado surgieron.
Algunas de esas reacciones, por ejemplo, fueron desde la utilización de
lenguaje subjetivo, pasando por remembranzas de la Guerra Fría hasta preguntas
que han sido ya contestadas en reiteradas ocasiones. Todas las reacciones
expresadas desde distintas ópticas merecen respeto y deben ser, aunque sea
brevemente, contestadas.
Unas reacciones hablan de “objetividad”, en razón de
que debe conocerse más lo que hace la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) y que, por lo tanto, no debe “satanizarse” el
ingreso de Costa Rica a esa organización.
Como consta en todas las publicaciones ofrecidas, las
referencias públicas y fundadas utilizadas no son inescrutables por quien guste
y, la evidencia de lo que han hecho los mismos partidos políticos con Costa
Rica en los últimos treinta años, no es un espejismo ni una “percepción”
antojadiza.
Consecuentemente, “satanizar” –como se indicó en las
reacciones- no obedece más que a una posición de quienes acostumbran
“sacralizar” lo que algunos desean que veamos, lo que les conviene. Es el año
2014 del siglo XXI; los avances científicos y tecnológicos están a la
disposición de todos los que deseen conocerlos de manera fundada. Los “actos de
fe”, que es de donde se deriva la “satanización” y la “sacralización” en marcas
y prestigios fabricados, no pueden seguir decidiendo el rumbo de Costa Rica.
Precisamente por esos “actos de fe” en los incapaces dentro de los partidos
políticos que han estado a cargo de Costa Rica en los últimos treinta años, son
por los que el país se encuentra en su deplorable situación actual. Un “acto de
fe” reciente lo constituyó las bondades que traían los tratados de libre
comercio…pero el “milagro” no ha sucedido… En otro “acto de fe”, ahora debemos
creer que con el ingreso a la OCDE el “milagro” del desarrollo sucederá…
Otras reacciones despiertan los fantasmas de la Guerra
Fría. Se concentran en lo que haya realizado el bloque soviético en aquel
entonces. No obstante, tendríamos que despertar también a las dictaduras de
derecha que han existido en Latinoamérica. El mundo cambió. Es el año 2014 del
siglo XXI. Conocer sobre esos fantasmas del pasado es conveniente para que no
se repita ninguno de esos extremos en los que, al final de cuentas, quienes han
perdido son los pueblos. Es más oportuno, sin embargo, poner mucha atención a
los vivos (en sentido estricto y coloquial) del presente que despertar
fantasmas con el propósito de crear temores. Los vivos de los últimos treinta
años, que aún están presentes, se han prestado para establecer un poder
hegemónico que ¿podría interpretarse como otra dictadura, pero globalizada…? Al
parecer para los “sacralizadores” eso está bien y es objetivo…
Se debe extender una disculpa por la incapacidad que
pueda haberse tenido al escribir estos aportes publicados en este distinguido medio
de comunicación. Se ha consultado a personas con distintos grados de
escolaridad y edad sobre si la información planteada no es clara en cuanto a la
propuesta para “revertir” el desastre en que nos han colocado los incapaces en
los partidos políticos a cargo del país en los últimos treinta años. Los
consultados han respondido: “la propuesta es clara, el primer paso para
iniciar la reversión es acabar con el bipartidismo”.
Había que realizar esa consulta personal para
determinar si lo planteado no estaba claro, pues es difícil conocer la
intención de quienes preguntan de manera ambigua cuando, claramente, se ha
propuesto lo que debe hacerse para “revertir” la situación… De manera
explícita, entonces, el primer paso es: el Partido Liberación Nacional junto
con los otros del mismo perfil no deben seguir a cargo del país. Se concluye
entonces que el problema de unos pocos se circunscribe a la comprensión de
lectura…
Veamos. Cuando alguien tiene un dolor de muela, de
buena fe busca a un profesional para que le resuelva el problema. El doliente
explica el problema al profesional para que este brinde la solución. Es el
profesional el que debe aportar la solución porque dice estar preparado para
ello y, además, puede encontrarse ubicado en un suntuoso edificio y con
tecnología de punta para dar credibilidad adicional a su profesionalismo y, por
ello, cobra honorarios, con todo derecho.
El profesional entonces ha diagnosticado caries en la
muela como causa del dolor y procede a solucionar el problema. Coloca, según lo
que corresponda, amalgama o resina. El paciente regresa a su casa. Por la
noche, el dolor de muela es muchísimo más fuerte que aquel que provocó la
consulta al profesional. El paciente regresa para que le resuelva el problema
se suponía resuelto. Pero… ¿qué pasaría si el profesional, graduado, luego de
habérsele pagado los honorarios, le responde al paciente: “¿qué hacemos para
revertirlo…?”? Desde luego, ante tal pregunta, y si el problema no es
resuelto, el paciente podrá ejercer todos los mecanismos legales a disposición.
Sin embargo, si dentro de ese proceso descubre que aquel profesional que
prometió resolver el problema no lo es, y no se encuentra debidamente
acreditado, la situación se complica más. Afortunadamente contamos con un
colegio profesional que podrá intervenir, así como las instancias legales para
denunciar el ejercicio ilegal de la profesión.
¿Cuál diferencia puede existir entre la situación
descrita y los ciudadanos a quienes se nos presenta una oferta política que
muchos, de buena o calculada fe, “sacralizadores”, aceptan acríticamente?
Piden que se les contrate, sin tomar en cuenta que el
despido de un Presidente de La República no es tan sencillo. Luego, al entender
la torpeza sobre la contratación, promueven que es el tiempo de “hablar
menos y hacer más”, olvidándose de la idiosincrasia costarricense
claramente resumida en el aforismo popular “hablando se entiende la gente”.
La mordaza subliminal de “hablar menos” es además acompañada por otra torpeza
adicional: “quienes decidimos nos equivocamos”. Las continuas
“equivocaciones” de los últimos treinta años no son simples e ingenuas
“equivocaciones”; “equivocaciones” reiteradas con altos cargos al erario
público entran en la esfera del Derecho Penal… si no es así, me disculpo, y
corrijan de manera fundada para que todos aprendamos…
Y es aquí donde toma más relevancia el ejemplo de la
muela. A cargo de este país en los últimos treinta años han estado “doctores”,
“másteres”, “licenciados”, todos “muy científicos”, “expertos” y
“especialistas”, y otros… Pocos de esos con credenciales para lo que dirigen; a
otros, no se les conoce credencial alguna. Quienes se identifican con ese grupo
de empíricos, al relatárseles el fracaso en que nos han puesto, piden, además
la solución (soluciones hace tiempo dadas y desoídas) o bien, se vuelven
repetidores del discurso neoliberal en las comunidades, escuelas, colegios y
universidades. Cuando se les reclama la garantía por la “amalgama” o la
“resina” pagada de manera leonina, se ocultan, no responden porque simplemente
(1) saben lo que hacen y continúan embaucando al país, (2) en realidad son
grandes ignorantes con títulos obsequiados o transmutados desde un simple
certificado de asistencia a un seminario en cualquier universidad de
“prestigio”, a un grado académico… En cualquiera de estos dos casos y otros
más, no conviene que se encuentren más a cargo del país (para quienes no
comprendan, esto es una solución).
El primer paso es no entregarles el poder nuevamente.
Antes decían que en cuatro años no se lograba nada, pero aun así seguían y
siguen (doblemente) postulándose. Duplicaron el periodo con ocho años de
“gobierno” del mismo partido político, algunos con promoción automática, y
tampoco lograron nada...pero para el país. En “relevos”, en los últimos treinta
años tampoco lograron nada para el país, pero sí para de quienes reciben
órdenes. ¿Qué se han creído para indicarnos el ritmo de desarrollo que debemos
tener? En el lenguaje burdo en boca dizque académica, dicen que hay que esperar
para que las cosas “cuajen”… Treinta años, más ocho años de desaciertos firmes
pero deshonestos ¿no son prueba suficiente de que a Costa Rica la ha
“gobernado” una élite de incapaces? Y aun así buscan “gobernar” de nuevo por
medio de una campaña torpe como la “estrategia” de relación subordinada
anulada: “contráteme”; o la nueva “estrategia” de “socios”: “construyamos”,
adornada con el discurso de “equivocaciones” ingenuas… Ni como empleados, ni
como “socios” y menos como jefes… No existe credencial que valga el puesto a la
presidencia del país (para quienes no comprendan, esto también es una
solución).
Fuera del poder, Costa Rica debe cambiar los
requisitos para que un ciudadano alcance la presidencia del país, para nombrar
diputados, y, especialmente, a rectores universitarios y a los demás … No
se puede continuar con ineptos titulados a cargo del país (para quienes no
comprendan, esto también es una solución).
No necesitamos a políticos con “doctorado”, “máster” o
“licenciatura” de nada, que “sacralizan” prestigios fabricados e infundados,
incapaces de poder pensar por sí mismos y para el país. “Necesitamos a
políticos con conocimientos científicos y adeptos al pensamiento crítico basado
en las pruebas para que plasmen esos hallazgos y recomendaciones en políticas y
acuerdos internacionales”, decía el connotado economista Jeffrey Sachs
(para quienes no comprendan, esto también es una solución).
Para algunos el ejemplo sobre la muela podría parecer
sin sentido y una analogía impertinente para los “grandes desafíos” (en
lenguaje neoliberal) que presenta el país… Si es así, demuéstrenlo de manera
fundada y publicada, no en escuetos comentarios… La futura conducción de Costa
Rica no puede ser gestada a través de un concurso de simpatía o belleza como
“Miss Universo”… un “Mr. /Ms. Politician 2014”…
Nos encontramos en la sociedad del libre mercado, de
las defensorías del consumidor, de las garantías. Ante la oferta política en un
Estado de Derecho podemos exigir que quienes traten el “dolor de muela”
nacional, en verdad lo curen. Para eso reciben salarios, honorarios y otros…
Les estamos demostrando que han provocado la enfermedad y que los remedios que
han presentado no han servido, ni sirven ni servirán. Les estamos demostrando
que los mismos males que padecen otras naciones, son los mismos males que han
provocado en Costa Rica en los últimos treinta años los mismos empíricos con
cualquier título, y que recetan el mismo placebo. Así como existe una carrera
diplomática, debe existir una carrera presidencial. Más empíricos a cargo del
país, sin credencial alguna más que el desastre provocado en los últimos
treinta años no debe continuar.
¿Por qué, por ejemplo, si no se acepta que un
empírico, sin credencial alguna además, cure una muela, se permite que
cualquier empírico titulado dirija al país junto con otro equipo de incapaces?
“Si cree que hemos terminado con el neoliberalismo, se
equivoca”
Lo anterior viene del título del artículo “If you
think we’re done with neoliberalism, think again”, publicado en enero de
2013, por George Monbiot.
¿Y quién es Monbiot? Es autor de “best sellers” como “The
Age of Consent: A Manifesto for a New World Order”, “Captive State: The
Corporate Takeover of Britain”, “Poisoned Arrows, Amazon Watershed”
y “No Man’s Land”. Una de sus recientes publicaciones es “Heat: How We Can
Stop the Planet Burning”.
Monbiot ha sido profesor en las universidades de
Oxford (política medioambiental), Bristol (filosofía), Keele (política) y East
London (ciencias ambientales).
En 1995
Nelson Mandela le hizo entrega del “United Nations Global 500 Award for
outstanding environmental achievement”.
Desde luego, se reitera, ni Monbiot ni ningún autor
referenciado en estas publicaciones necesita promoción. Por el contrario,
necesitamos conocer el criterio fundado de esos autores para tratar de
comprender cómo lo que se presenta en Costa Rica, una vez más, “sacralizado”
por unos y sesgadamente presentado por cierta “prensa”, tratando de exorcizar
“fantasmas” de la mente de jóvenes talentosos como los del vídeo “Nuestro
nombre es Costa Rica”, es la ruta equivocada por la que desean seguir
conduciendo al país... trocha iniciada hace treinta años…
Dice Monbiot:
“La aplicación global de una teoría económica fraudulenta
trajo a occidente de rodillas. Sin embargo, para aquellos en el poder, ofrece
riquezas”.
“Las demandas de los ultra-ricos han sido disfrazadas
en una sofisticada teoría económica y aplicada sin importar su resultado”.
“En 2012, las 100 personas más ricas del mundo
llegaron a ser US$241 millones de millones de dólares más ricos. Ellos ahora
valen $ 1.9 trillones: sólo un poco menos de toda la producción del Reino
Unido”.
“Esto no es el resultado de la casualidad. El aumento
de las fortunas de los súper ricos es el resultado directo de las políticas.
Éstas son algunas de ellas: la reducción de las tasas de impuestos y el
cumplimiento tributario; la negativa de los gobiernos a recuperar una parte
decente de los ingresos provenientes de los minerales y la tierra, la
privatización de los activos públicos y la creación de una economía de peaje,
la liberalización de los salarios y la destrucción de la negociación
colectiva”.
“Las políticas que hicieron los monarcas mundiales tan
ricos son las políticas que exprimen todo el mundo. Esto no es lo que predice
la teoría. Friedrich Hayek, Milton Friedman y sus discípulos –en miles de
escuelas de negocios, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE y casi todos los
gobiernos modernos- han argumentado que entre menos los gobiernos cobren
impuestos a los ricos, defiendan los trabajadores y redistribuyan la riqueza,
más próspero todo el mundo será. Cualquier intento de reducir la desigualdad
dañaría la eficiencia del mercado, impidiendo la marea alta que levanta todos
los barcos. Los apóstoles han llevado a cabo un experimento global de 30 años,
y los resultados están acá. Un fracaso total”.
“Antes de continuar, debo señalar que yo no creo que
el crecimiento económico perpetuo sea sostenible o deseable. Pero si el
crecimiento es su objetivo –un objetivo al que todos los gobiernos afirman
suscribirse- no se podía hacer un lío más grande al liberar a los súper-ricos
de las limitaciones de la democracia”.
“El informe anual del año pasado por la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo debió haber sido un obituario
para el modelo neoliberal desarrollado por Hayek y Friedman y sus discípulos.
Esto demuestra de manera inequívoca que sus políticas han creado los resultados
contrarios a los que predijeron. Dado que las políticas neoliberales (reducción
de impuestos para los ricos, la privatización de activos estatales, la
desregulación laboral, la reducción de la seguridad social) comenzó a picar
desde la década de 1980, las tasas de crecimiento comenzaron a bajar y el
desempleo aumentó”.
“El notable crecimiento de los países ricos durante
los años 50, 60 y 70, fue posible gracias a la destrucción de la riqueza y el
poder de la élite, como resultado de la depresión de 1930 y la segunda guerra
mundial. Su vergüenza dio al otro 99% una oportunidad sin precedentes para
exigir la redistribución, el gasto del Estado y la seguridad social, todo lo
cual estimuló la demanda”.
“El neoliberalismo fue un intento de dar marcha atrás
a estas reformas. Profusamente financiados por millonarios, sus defensores eran
increíblemente exitosos –políticamente. Económicamente fracasaron”.
“A lo largo de los países de la OCDE los impuestos se
han convertido en más regresivos: los ricos pagan menos, los pobres pagan más.
El resultado, los neoliberales afirmaron, sería que la eficiencia económica y
la inversión aumentarían, enriqueciendo a todos. Ocurrió lo contrario. Como los
impuestos sobre los ricos y los negocios disminuyeron, el poder adquisitivo del
Estado y de las personas más pobres cayó, y la demanda se contrajo. El
resultado fue que las tasas de inversión se redujeron, en sintonía con las
expectativas de crecimiento de las empresas”.
“Los neoliberales también insistieron en que la
desigualdad sin restricciones en los ingresos y salarios flexibles reduciría el
desempleo. Pero en todo el mundo rico tanto la desigualdad y el desempleo se
han disparado. El reciente salto en el desempleo en la mayoría de los países
desarrollados –peor que en cualquier recesión anterior de las últimas tres décadas-
fue precedido por el nivel más bajo de los salarios como porcentaje del PIB
desde la segunda guerra mundial. Adiós a la teoría. Fracasó por la misma razón
obvia: los bajos salarios suprimen la demanda, que suprime el empleo”.
“Como los salarios se estancaron, las personas
complementan sus ingresos con la deuda. El aumento de la deuda alimentó a los
bancos desregulados, con consecuencias de las que somos conscientes. Entre más
crezca la desigualdad, señala el informe de la ONU, menos estable la economía y
más bajas sus tasas de crecimiento. Las políticas con las que los gobiernos
neoliberales tratan de reducir sus déficits y estimular sus economías son
contraproducentes”.
“Como digo, no tengo perro en esta carrera, salvo la
creencia de que nadie, en este mar de riquezas, debe ser pobre. Pero mirando
atónito ante las lecciones no aprendidas por Gran Bretaña, Europa y los EE.UU.,
se me ocurre que toda la estructura del pensamiento neoliberal es un fraude… El
completo fracaso de este experimento a escala mundial no es impedimento para su
repetición. Esto no tiene nada que ver con la economía. Tiene todo que ver con
el poder”.
Un año después de lo relatado por Monbiot, es
divulgada la nueva noticia: “Los 300 más ricos del mundo sumaron 524.000
millones a sus fortunas en 2013”.
Elpidio José Silva, magistrado, escritor, profesor de
Derecho Penal y Criminología, juez español que adquirió notoriedad por el “Caso
Blesa”, y que ha señalado que “La madre de la corrupción está en el poder
judicial”, hace poco en su cuenta de Twitter señaló:
“Si te dicen que es una “crisis” y descubres que los
corruptos han expoliado todo, la crisis se llama “mentira” y también “estafa”.
Entonces, ¿a quiénes les creemos? ¿(1) a los políticos
de los mismos partidos que han estado a cargo del país en los últimos treinta
años, marineros de agua dulce cuyos barcos se hundieron o encallaron junto con
más de mil “pensantes” expoliadores, arrastrándonos con la estela remolina
neoliberal; (2) a los sin firmeza y deshonestos, (3) a los que primero se
presentan en una relación de subordinación laboral, luego piden mutar a
“socios” y se acompañan por quienes no hicieron más que seguir el plan,
“equivocándose” por las decisiones torpes que tomaron para sus experimentos
realizados, pero teniendo al país como conejillo de Indias y no a su propio
peculio, (4) a los candidatos políticos que solo presentan paliativos en esos
dizque debates, anuncios leoninos y panfletos puerta por puerta y no dicen cómo
resolverán los problemas de fondo, (5) a quienes nos “invitan”, en palabras de
Monbiot, a repetir el completo fracaso de este experimento a escala mundial, no
solo con los tratados de libre comercio sino con el anunciado ingreso a la
OCDE…, o bien, a las experiencias fracasadas en otros países y a los científicos
costarricenses e internacionales serios que no necesitan “sacralizar” a nada ni
a nadie, exorcizar fantasmas de la mente de una nueva juventud pensante y no
adoctrinada?
Responder estas preguntas antes es, para los que no
comprenden, parte de la solución…
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