lunes, 20 de enero de 2014

Muchas aerolíneas nos estafan descaradamente

Por Lorena Barboza
Educadora y periodista


Viajar en avión dejó de ser un placer. Es el sinsabor que tengo y se debe a las extremas medidas de seguridad implantadas en los aeropuertos, los precios de los boletos y el abuso de las aerolíneas.

Comprendo la necesidad de tener medidas de seguridad, especialmente por el gran tránsito diario de miles de personas y por los hechos violentos reportados en algunos aeropuertos.  Pero de eso a arrebatarle a los pasajeros desde un yogurt hasta cualquier botella con líquido, me parece muy exagerado.

¿Y qué me dice de los precios de los boletos?  Obviamente las aerolíneas incurren en gastos como salarios, impuestos aeroportuarios, gubernamentales y precios de los combustibles, entre otros.  Pero, ¿por qué traspasar el peso de esos gastos a los clientes, especialmente cuando nos quedan debiend, desde hace mucho tiempo, un buen servicio? Ya, con costos, sirven alguna galleta y una bebida barata... Las aerolíneas han hecho 'su agosto' a costa de sus clientes y ofreciendo un pésimo y pobre servicio.

Otra de las incoherencias establecidas es el límite en el número de maletas permitidas por pasajero; cada vez le permiten llevar menos, y lo más lamentable es ver cómo -por una o dos libras de más- obligan a la persona a abrir su maleta en frente de todos para sacar lo que pueda, y así cumplir con las 50 libras establecidas; de lo contrario, lo obligan a pagar una suma caprichosa para cubrir el exceso de peso.  ¡No se vale!  No hay consideración hacia el pasajero.  Y por cierto, ¿por que si dos o más personas de una familia viajan juntas no se equipara el peso de su equipaje total?  ¿Por qué obligarlos a pasar cosas de las maletas con peso extra a las que no alcanzan el peso de 50 libras?  No se justifica esa medida, y más aún cuando se desconsidera abiertamente a los ancianos o adultos con niños, principalmente. 

¡Sí, las aerolíneas abusan!  Son muy estrictas cuando los pasajeros ‘no cumplen’, pero ni siquiera se disculpan cuando venden más boletos de los que deben, pierden nuestro equipaje o cambian nuestros vuelos a su antojo.  El pasajero siempre está en desventaja, y eso es un irrespeto.

Como usuarios debemos defender nuestros derechos, denunciar e ir hasta las últimas consecuencias para acabar con tantos excesos. ¡Tenemos que recordar que no nos hacen un favor; las aerolíneas nos venden un servicio!

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