Por Lorena Barboza
Educadora y periodista
Educadora y periodista
Viajar en avión dejó de ser
un placer. Es el sinsabor que tengo y se debe a las extremas medidas de
seguridad implantadas en los aeropuertos, los precios de los boletos y el abuso
de las aerolíneas.
Comprendo la necesidad de
tener medidas de seguridad, especialmente por el gran tránsito diario de miles
de personas y por los hechos violentos reportados en algunos aeropuertos. Pero de eso a arrebatarle a los pasajeros
desde un yogurt hasta cualquier botella con líquido, me parece muy exagerado.
¿Y qué me dice de los precios
de los boletos? Obviamente las
aerolíneas incurren en gastos como salarios, impuestos aeroportuarios, gubernamentales y precios de los combustibles, entre otros. Pero, ¿por qué traspasar el peso de esos gastos a los clientes, especialmente cuando nos quedan debiend, desde hace mucho tiempo, un buen servicio? Ya, con costos, sirven alguna galleta y una bebida barata... Las aerolíneas han hecho 'su agosto' a costa de sus clientes y ofreciendo un pésimo y pobre servicio.
Otra de las incoherencias
establecidas es el límite en el número de maletas permitidas por pasajero; cada
vez le permiten llevar menos, y lo más lamentable es ver cómo -por una o dos
libras de más- obligan a la persona a abrir su maleta en frente de todos para
sacar lo que pueda, y así cumplir con las 50 libras establecidas; de lo
contrario, lo obligan a pagar una suma caprichosa para cubrir
el exceso de peso. ¡No se vale!
No hay consideración hacia el pasajero.
Y por cierto, ¿por que si dos o más personas de una familia viajan juntas
no se equipara el peso de su equipaje total?
¿Por qué obligarlos a pasar cosas de las maletas con peso extra a las
que no alcanzan el peso de 50 libras? No
se justifica esa medida, y más aún cuando se desconsidera abiertamente a los ancianos
o adultos con niños, principalmente.
¡Sí, las aerolíneas
abusan! Son muy estrictas cuando los
pasajeros ‘no cumplen’, pero ni siquiera se disculpan cuando venden más boletos de
los que deben, pierden nuestro equipaje o cambian nuestros vuelos a su antojo. El pasajero siempre está en desventaja, y eso
es un irrespeto.
Como
usuarios debemos defender nuestros derechos, denunciar e ir hasta las últimas
consecuencias para acabar con tantos excesos. ¡Tenemos que recordar que no nos
hacen un favor; las aerolíneas nos venden un servicio!
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