viernes, 29 de noviembre de 2013

Corrupción galopante

Por  Ángel Frías Coca
Escritor

Mariano Rajoy
Dentro de las características que definen a nuestros mandatarios, una es que no se enteran de nada, o lo que es mucho peor, que ni siquiera son conscientes de lo que creen saber. Corriendo el mes de Julio del 2011, el semanario inglés “The Economist” publicó un artículo titulado “Anyone want to run this country” (Alguien quiere dirigir este país). La publicación fue hecha, tras ver a Rajoy como “el hombre que no tiene nada que decir”.
Por aquel entonces ya criticaba su falta de concreción en todos los temas esenciales. “The Economist” aseguraba que Rajoy sería el próximo vencedor de las generales y de ahí el gran dilema, pretendiendo aparentar ser moderado o pasar por ser un hombre duro y así ganarse los mercados.
Sintiéndose presidente, y por tanto endiosado por su buen hacer exclamaría ¡TENGO  UN PLAN, PLAN ANTI CRISIS GLOBAL Y COMPLETO!  Algo con lo que no se podía estar en desacuerdo; se trataba como siempre que habla el personaje, de principios generales, sin explicar el cómo abordarlos.
Y como no podía ser de otra manera, viviendo la situación en la que estábamos, el pueblo le creyó, aún a sabiendas, que en muchas de las comunidades y ayuntamientos en los que gobernaba su partido, no se había hecho nada de lo que predicaba. En definitiva, sino era capaz de arreglar su casa, cómo sería posible el que arreglase todo un país. Pero el pueblo es soberano y creyó “en el famoso plan”.
Desde luego, ese auténtico “plan” fue preconcebido y muy meditado, intentando ver cómo un gobierno tan corrupto y tan inepto pudiese ser capaz de aguantar, sin que el pueblo soberano lo echase a patadas. Vemos ahora  las consecuencias de ese plan tan preparado: un paro galopante,  las ventas en los comercios bajando, gente emigrando de España, muchos de los negocios quebrando, la sanidad y la educación vendidas, y medio salvándose los bancos que han recibido miles de millones de euros.
Con todo lo mencionado, lo único que se está creando es más hambre, más sufrimiento, más miseria, y desesperación. Ahora que están  acabando con la justicia e implantando la corrupción, la hipocresía, y la “buena” gestión del dinero, el mismo del que se alimentan los afines al partido como algunos de sus dirigentes y tesoreros, sin olvidar a nuestro querido presidente. Ahora escuchamos lo último que nos quedaba por oír “Se hizo una vez y lo volveremos a hacer”. ¿Cómo son tan ineptos o tan poco honrados? Basta ya de tomaduras de pelo, si de lo que hablan es del señor Aznar y sus hazañas, podríamos hablar del engaño de Irak, y si tratasen de decirnos lo de la bonanza económica, entonces les recordaríamos que el señor Aznar, contó con el factor suerte puesto que todo fue exógeno, y que no hubo tal política económica.
Nada se hizo para garantizar el crecimiento estable, todo fueron unos entornos exteriores francamente favorables, una liquidez ilimitada, y unos muy buenos tipos de interés, que junto a la venta de algunas de las empresas insignia del país, dieron la apariencia de que todo era culpa de ese crecimiento tan cacareado.
Si por casualidad la fiscalía del estado y la judicatura estuviera al servicio de los ciudadanos, que en el fondo son los que con sus impuestos pagan sus sueldos, y ante tantas sospechas de corrupción, deberían de haber actuado ya de oficio, e investigado todo cuanto se conoce (datos de sobornos, pagos de dinero en negro, e incluso extorsiones a empresarios amparados en algún miembro de la realeza) puesto que pudiera ser que con tanta demora, la destrucción de pruebas y documentos, amén de otro tipo de delitos, que por desgracia nos atañen, se esfumaran como por arte de magia; delitos todos ellos que deberían ser castigados con penas de prisión. Mientras, el pueblo pide el volver la vista hacia un país llamado Islandia, en el que al parecer se hizo justicia.

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