Por Lorena Barboza
Educadora y periodista
Vivimos en la “Sociedad de la Información” ese fenómeno originado por medio de las nuevas tecnologías, y nos han hecho creer que casi todas las máquinas que se han inventado son beneficiosas para la sociedad. Podemos decir que hay parte de verdad en ello. Sin embargo, el abuso de esas nuevas tecnologías está empobreciendo las relaciones personales, y tristemente muchos piensan que ya no hay que salir de la casa para obtener información y que tampoco hay necesidad de comunicarse con los demás porque tienen la tecnología a la mano.
Desgraciadamente nos hemos convertido en presa de la tecnofilia, esa dependencia de la internet y la tecnología, y tenemos muchos fenómenos derivados de ella. Anteriormente me referí a la nomofobia, y ahora llamo la atención sobre una de las peores consecuencias de la sumisión /obsesión por el teléfono celular: El “Phubbing”, acrónimo de las palabras en inglés para teléfono (phone) y snubbing (menospreciar), acuñado por Alex Haigh, un jovencito de 23 años de edad.
La conversación es un arte, y los buenos modales son un tesoro. ¡Ambos están en peligro de extinción! El famoso ‘phubbing’ es el acto de ignorar al otro mientras toman un café, caminan por el parque, están en una fiesta… mientras se presta atención al teléfono; ¡eso es rudo e irrespetuoso!
No permitamos que la tecnofilia nos siga convirtiendo en personas con falta de objetivos, sin relaciones interpersonales, pobres en las habilidades sociales, timidos, solitarios o incluso con baja autoestima.
No estoy contra la tecnología; más bien contra su abuso o mal uso. Sigamos cultivando la conversación y aprovechemos las ventajas de los avances tecnológicos para mejorar, no para emprobrecernos como seres humanos.
Educadora y periodista
Vivimos en la “Sociedad de la Información” ese fenómeno originado por medio de las nuevas tecnologías, y nos han hecho creer que casi todas las máquinas que se han inventado son beneficiosas para la sociedad. Podemos decir que hay parte de verdad en ello. Sin embargo, el abuso de esas nuevas tecnologías está empobreciendo las relaciones personales, y tristemente muchos piensan que ya no hay que salir de la casa para obtener información y que tampoco hay necesidad de comunicarse con los demás porque tienen la tecnología a la mano.
Desgraciadamente nos hemos convertido en presa de la tecnofilia, esa dependencia de la internet y la tecnología, y tenemos muchos fenómenos derivados de ella. Anteriormente me referí a la nomofobia, y ahora llamo la atención sobre una de las peores consecuencias de la sumisión /obsesión por el teléfono celular: El “Phubbing”, acrónimo de las palabras en inglés para teléfono (phone) y snubbing (menospreciar), acuñado por Alex Haigh, un jovencito de 23 años de edad.
La conversación es un arte, y los buenos modales son un tesoro. ¡Ambos están en peligro de extinción! El famoso ‘phubbing’ es el acto de ignorar al otro mientras toman un café, caminan por el parque, están en una fiesta… mientras se presta atención al teléfono; ¡eso es rudo e irrespetuoso!
No permitamos que la tecnofilia nos siga convirtiendo en personas con falta de objetivos, sin relaciones interpersonales, pobres en las habilidades sociales, timidos, solitarios o incluso con baja autoestima.
No estoy contra la tecnología; más bien contra su abuso o mal uso. Sigamos cultivando la conversación y aprovechemos las ventajas de los avances tecnológicos para mejorar, no para emprobrecernos como seres humanos.
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