Por Lorena Barboza
Periodista y educadora
Es refrescante y esperanzador descubrir que entre tanta mala
noticia sobre religiosos involucrados en pedofilia y riquezas económicas
ilícitas, entre otros graves hechos, haya otras personas que dignifican su
vocación y tienen un verdadero compromiso social.
Una religiosa en particular ha llamado mi atención. Monja de clausura, vive en España desde hace 18 años, y no le
tiembla la voz para denunciar lo que el gobierno de Mariano Rajoy ha provocado
en esa nación europea. Sin tapujos
denuncia que “el gobierno se ha convertido en una cueva de ladrones y
corruptos”.
Mujer
y monja… ¡Se necesita valor para denunciar las cosas por su nombre y no temer! Ella
es Sor Lucía Caram, una argentina que salió de su casa a los 18 años para
dedicarse a la vida religiosa.
Es
polémica. Ha dicho que no cree en el
infierno y está a favor del uso de preservativos. Admite que vivimos bajo un
mundo machista
y en un sistema patriarcal imperante. Para
ella “todos los ‘ismos’ son peligrosos, incluido el cristianismo, porque “cuando
fanatizamos y hacemos una ideología, somos peligrosos”.
¿Por
qué Sor Lucía dice lo que piensa y siente, en forma tan directa? Porque no se
desentiende de lo que ocurre fuera de un
claustro. “En la vida contemplativa te llegan las noticias de lo que vive la
gente y tienes dos opciones: cerrar los
oídos y dedicarte a pedir a Dios, o implicarte”. Ella, de la orden de las Dominicas
Contemplativas de Manresa, Cataluña, decidió salir y luchar por la justicia. Decidió
implicarse; lo hizo publicando su autobiografía “Mi claustro es el mundo” y ahora utilizando
los medios de comunicación para denunciar y hacer.
Qué
maravilloso sería ver a más religiosos como Sor Lucía haciendo de su vocación
un verdadero instrumento para alcanzar el bienestar colectivo. Necesitamos más ejemplos como ella que no
teman y que hagan suyas sus palabras “…podrán censurarte, condenarte,
mandarte a callar, pero no podrán quitarte la pasión que llevas en tu corazón… yo entiendo que mi claustro
es el mundo, porque en el mundo resuena la voz de Dios”…